Esa que me describes no soy yo.
Aquella que sueñas no soy yo.
La que recuerdas no soy yo.
Ninguna de las chicas que conociste soy yo.
¿Sabes quién soy yo?
A mí ya me da igual,
No me describo, no me sueño,
no me recuerdo, no me conozco.
¿Sabes quién puedo ser?
Ese ente distinto.
Un conato de alguien que no llega a ser.
Nadie especial ni única ni diferente.
Todavía me siento inefable.
No puedo ser… sigo desorientada.
Tan solo te pido que me dejes ser…
…ser ese ente distinto al que no mirar.
Deja de mirarme y tal vez comience a ser.
Categorías:Auto-reflexión
Diario de una autoetnógrafa 
Sólidos, poco. Rumbo al “no importa”. Espectros materiales diseminados en la palabra. A la espera, no; quizá ha sido doce veces tarde. Quizá existir consecutivamente hubiese sido un amago deseado pero improbable de sonrisa. Una tormenta de arena. Un impacto retroactivo que llega. Así, compungido, podrás vernos al fin.
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